lunes, 15 de febrero de 2010

Historia de un despropósito

El Plan General de Moraleja de Enmedio

Sabemos que el ladrillo no vende, que no da votos y que todo lo que huela a terrenos, urbanizaciones, promociones y viviendas, mejor ignorarlo y darle la espalda, no vaya a ser que algo malo me salpique.
 
Sabemos también que la Administración es lenta, tanto que haría perder la paciencia incluso al Santo Job. 
Es y ha sido siempre así. Ya hace la friolera de 180 años, Mariano José de Larra se quejaba de la apática y tediosa lentitud de la Administración en su "Vuelva usted mañana". Dos siglos después seguimos igual, aun no hemos sabido reaccionar. Los tramites siguen siendo una verdadera carrera de obstáculos, de intrincados vericuetos, interminables informes y compulsas de Departamentos, Secretariados, Direcciones y Subdirecciones Generales, revisiones, aportaciones, reclamaciones y requeridos.

Nos han vendido la idea de la modernización de la Administración, la agilidad de gestión, la ventanilla única, la simplificación de tramites, el abaratamiento de plazos. Al final, cuando nos apeamos en el día a día, en la calle, en la realidad, comprobamos que se trata de bonitas afirmaciones que suenan fenomenal, pero que carecen de contenido, o mas bien, de una práctica que las respalde.

El PGOU de Moraleja de Enmedio es un buen ejemplo de ello. Avance del Plan en diciembre 01. Aprobación Inicial en octubre 04. Informe favorable de la Dirección General de Evaluación Ambiental en mayo 08. Aprobación Provisional en julio 09. En la actualidad pendiente de Aprobación Definitiva. Y por supuesto, con requeridos, como no podría ser de otra forma.
 
Es decir, nos estamos metiendo ya en el noveno año. Se podrán argumentar o justificar miles de retrasos; siempre todo tiene o puede tener un porqué. Pero se mire como se mire y disguste a quien disguste, esto es una sinrazón. Lo razonable, lo practico, lo sensato seria que un Plan, entre su redacción, gestiones, tramites y revisiones estuviese aprobado, a lo sumo, en tres años. Todo lo demás es una lamentable, costosa y absurda perdida de tiempo.

¿Y que ocurre en Moraleja? Pues que miles de cooperativistas hemos invertido nuestros ahorros o incluso nos hemos endeudado con la única intención de construirnos nuestras viviendas a un precio sensato. Y que vemos como pasa el tiempo, y que los bordillos y los ladrillos no se ponen. No es por falta de ganas, desde luego. Queremos nuestras casas, estamos deseando construirlas. Sabemos que la crisis, el paro, la falta de dinero y la ausencia de créditos están ahí. Bastantes problemas son esos como para que encima la Administración no nos allane un poco el camino. Menos trabas burocráticas y un poquito de agilidad, por favor.

Pedro Margenat - CACIOPEA, S A

Gestor de LA TENERIA, S Cooperativa