lunes, 10 de agosto de 2015

El exalcalde de Moraleja dimite tras el escándalo de la ropa para pobres

Carlos Alberto Estrada, investigado por la trama Púnica, ha sido imputado dos veces por corrupción en los últimos meses. El PP permitió que se presentara a las elecciones


El exalcalde popular de Moraleja de Enmedio (Madrid), Carlos Alberto Estrada, ha dimitido como líder de la oposición municipal tras publicar este periódico su participación en una red que se lucra con contenedores de ropa donada para los más necesitados. En los últimos dos meses Estrada, que está siendo investigado en la trama Púnica, ha sido imputado dos veces por corrupción, pero el PP le permitió que se presentase a las elecciones. Este periódico no ha conseguido conocer la opinión del PP regional.
El 29 de julio Esperanza Aguirre, presidenta del PP de Madrid, anunció la expulsión de José Miguel Moreno, exalcalde de Valdemoro, quien, según el sumario de la Púnica, dijo que estaba “tocándose los huevos” porque para eso se había hecho parlamentario. Sin embargo, no dedicó ni una frase a Estrada, dos veces imputado. Él no es un desconocido en el PP. Ha sido alcalde 16 años y presidió la Mancomunidad del Suroeste (2003-2014), que engloba a 10 localidades.[...] El PP estudia presentarse como acusación particular en Púnica.[/...] El Gobierno regional de Cristina Cifuentes, también del PP, se personará.
El pasado jueves EL PAÍS publicaba una información sobre la implicación de Estrada (1971) en una red que -tras presionar a los Ayuntamientos- instala contenedores de ropa usada para hacer negocio. Ese mismo día el exalcalde metió en los buzones de los vecinos de Moraleja de Enmedio -un municipio del suroeste de Madrid de 5.000 habitantes- una carta en la que explicaba su dimisión como jefe de la oposición. Lo hacía por los "episodios desagradables asociados de forma directa, indirecta o por rencor malinterpretado de algunos, a mi persona".
En su misiva no había una sola alusión a su doble imputación. El 11 de junio Estrada declaró ante el juez Eloy Velasco, que investiga la trama Púnica. El magistrado le dejó libre en libertad, pero imputado por cargos de fraude, malversación, prevaricación, tráfico de influencias y cohecho. Su pareja, Teresa Martín, ingeniera del Consistorio, fue imputada por las tres primeras causas.
En mayo Estrada fue imputado además por prevaricación contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social, apropiación indebida, falsedad en documento público y fraude de subvenciones, tras una denuncia de los socialistas por presuntas irregularidades en las cuentas del Ayuntamiento. Moraleja tiene 4.500 euros de deuda por habitante -30 millones en total-, una de las más altas de España.
El también expresidente de la Mancomunidad de municipios del Suroeste de la región asegura que en su dimisión "no han intervenido terceras personas" y que ha tomado la decisión tras solicitar la semana anterior la baja en el PP. Estrada pide a sus vecinos perdón por los "errores que haya podido cometer" y aleja a su antiguo grupo municipal de unas culpas que, por otro lado, no reconoce. "Eximo de cualquier responsabilidad a mis compañeros del Partido Popular de Moraleja de Enmedio, que siempre han estado a mi lado [...] y a los que nunca podré agradecer su lealtad".
Quien ganó las elecciones, pero no gobierna, es su amiga Olga Fernández en Serranillos del Valle. Lidera la oposición del PP, sigue trabajando en Oasis —la empresa de los contenedores— y arrastra un juicio por gastos indebidos con la tarjeta municipal.

Operación Púnica: La red del PP pagó solo 76 euros por 11 contenedores de ropa para pobres

Moraleja de Enmedio estaba gobernado por Carlos Alberto Estrada, amigo de uno de los dueños de la firma.


En 2012 la empresa Oasis, de venta de ropa usada destinada a los más necesitados, en la que se involucraron dos alcaldes del PP (Carlos Alberto Estrada y Olga Fernández) pagó un canon anual de 76,34 euros por instalar 11 contenedores en Moraleja de Enmedio. El municipio estaba gobernado por Estrada, que es amigo de uno de los dueños de la firma. En otros lugares, las tarifas por instalar un solo contenedor oscilan entre 400 y 3.000 euros.
En Moraleja de Enmedio (5.000 habitantes) está la sede de Oasis Recuperaciones, la empresa que instaló contenedores de ropa usada que los vecinos creían estar donando a familias sin recursos. En realidad, casi toda es vendida a tiendas de segunda mano; el 10% se dedica a uso industrial.
La empresa tenía que celebrar dos jornadas de concienciación medioambiental
El 14 de diciembre de 2011 Estrada, como presidente de la Mancomunidad de Municipios del Suroeste, suscribió un convenio marco con Oasis —empresa creada ese día— para instalar contenedores en las 10 localidades que pertenecen al organismo. Ante el juez Eloy Velasco, que le interrogaba por su participación en la trama Púnica, argumentó que hasta entonces campaban por los pueblos “empresas furtivas que no pagaban al Ayuntamiento”. Desde junio de 2012 Moraleja empezó a ingresar siete euros anuales por cada uno de los 11 contenedores. En total, 76,34 euros.
El acuerdo municipal afirmaba que Oasis tenía que celebrar dos jornadas de concienciación medioambiental para que los vecinos aprendiesen a reciclar la ropa.
No demostraba su solvencia técnica y profesional
La cifra es irrisoria en comparación con lo que pagan otras entidades por instalar sus contenedores. Por ejemplo, la propia Oasis cerró un negocio con el Ayuntamiento de Algete en 2013 de 900 euros por contenedor, según consta en el contrato. Y las otras cinco empresas que se presentaron al concurso ofertaron entre 585 euros (East West Productos Textiles) y 857 (Ecotextile Solidarity) por contenedor.
El pasado año Estrada revisó el convenio con Oasis y los siete euros por contenedor pasaron a ser 300. El precio todavía era muy inferior a lo que la empresa abonaba en Algete.
En Valdemoro, cuna de la Púnica, el convenio de Oasis presuntamente no solo se amañó —el arquitecto técnico municipal reconoció ante el juez Velasco que hinchaban la valoración de esta empresa— sino que la compañía pagó 6.000 euros por 25 contenedores cuando otra firma había ofertado 45.000.
Es decir, los municipios bajo la órbita de Púnica —el entonces alcalde de Valdemoro, José Carlos Boza, también está imputado— rebajaban los precios a Oasis, pero no tanto como Moraleja de Enmedio.
El juez Velasco preguntó a Estrada si sabía que Oasis no contaba con el permiso de gestor de residuos no peligrosos o que contrató a su plantilla dos meses después de estar en marcha. Dijo que no. La nueva alcaldesa socialista de Moraleja de Enmedio, Valle Luna, declara: “Los 76,34 euros eran una cantidad simbólica, con eso no se cubren los gastos. El nuevo convenio, de 300 euros por contenedor, es hasta 2016, pero hablaremos con Oasis porque queremos romperlo. Yo, como cualquier vecino, no quiero que la ropa que dono termine en un mercadillo de Gandía”.
La exalcaldesa de Serranillos del Valle, Olga Fernández, también implicada en la trama, aún no trabajaba para Oasis cuando se firmó el convenio por 76,34 euros. Al entrar en la empresa comenzó a presionar a alcaldes con la complicidad de los cabecillas de la Púnica (Francisco Granados y David Marjaliza). “Si me quedo sin Valdemoro me caigo con todo el equipo”, le imploró a Granados días antes de la detención de este.
El acta de Gobierno del Ayuntamiento de Azuqueca de Henares (Guadalajara), donde Oasis también se presentó a un concurso en 2014, pone de manifiesto que la empresa “no subsana [sic] debidamente la documentación: acreditación de solvencia técnica y profesional, certificado CE del fabricante de los contenedores y autorización como gestor de residuos no peligrosos”. El concurso quedó desierto porque las otras dos ofertas admitía no tener un fin solidario.
Diez días antes de las elecciones del pasado mayo —que Luna ganó por mayoría absoluta— Estrada fue imputado tras una denuncia del PSOE por delitos de prevaricación y contra la Hacienda pública y la Seguridad Social, apropiación indebida, falsedad en documento público y fraude de subvenciones. El PP, pese a la imputación, no puso reparos a que fuese cabeza de lista. Perdió y luego le llegó la imputación por Púnica.