martes, 1 de junio de 2010

La crisis se ceba con una cooperativa de viviendas en Moraleja de Enmedio

La Tenería, con terrenos en los nuevos desarrollos de la localidad, lleva años esperando que comiencen las obras.Sus socios se manifestaron el pasado mes para protestar por el retraso en la aprobación del PGOU, en manos de la Comunidad.
 En España, las consultas para darse de baja de las cooperativas de viviendas han ido en aumento en los últimos tiempos coincidiendo con la situación de crisis económica por la que atraviesa el país. Sobre todo las relacionadas con el reembolso de las aportaciones, dada la dificultad con que se encuentran en la actualidad los socios que ya no quieren seguir siéndolo para poder ser sustituidos en la entidad.
Un ejemplo de esto lo encontramos en la cooperativa La Tenería, que adquirió hace seis años varias parcelas de los futuros desarrollos urbanísticos en la localidad de Moraleja de Enmedio. El problema radica en que para poder empezar a construir se debe aprobar el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), el cual se encuentra en su última fase a falta de la aprobación definitiva por parte de la Comunidad de Madrid. La demora en los plazos ha provocado la desesperación de los cooperativistas, que se manifestaron el pasado 29 de mayo en la plaza del ayuntamiento –convocarán otra a finales de mes en la Puerta del Sol–, para instar a la administración regional a que agilice los trámites burocráticosque tienen paralizadas a varias cooperativas de esta zona.
Los socios se manifestaron el pasado mes en protesta por el retraso en la aprobación del PGOU.
La coyuntura económica ha provocado que muchos se hayan dado de baja. El ayuntamiento no tiene responsabilidad en el asunto La cooperativa de vivienda La Tenería, que se creó en 2004 y adquirió terrenos de los nuevos desarrollos de la localidad, está pendiente de que la Comunidad de Madrid apruebe definitivamente el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Moraleja de Enmedio, ya que sus socios esperan que se construyan sus viviendas desde hace años.
La crisis que está asolando nuestro país también se está cebando con las cooperativas de viviendas.
Éste es un sistema de autopromoción, una operación sin ánimo de lucro. No hay una promotora que ejerza de intermediaria y obtenga su margen de beneficio encareciendo el precio de la vivienda. Un ejemplo de este formato es la cooperativa La Tenería, que adquirió hace seis años varias parcelas de los futuros desarrollos urbanísticos de Moraleja de Enmedio. El problema radica en que para poder empezar a construir se debe aprobar el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la localidad, el cual se encuentra en su última fase a falta de la aprobación definitiva por parte de la Comunidad de Madrid.
Fuentes municipales han asegurado a este periódico que esa aprobación se debería producir este verano, pero que es algo que “no depende del consistorio”. El ayuntamiento no tiene ninguna vinculación en este asunto, ya que los terrenos se compraron en su día a particulares, en lo que fue una operación privada. 
La demora en los plazos ha provocado la desesperación de los cooperativistas, que se manifestaron el sábado 29 de mayo en la plaza del ayuntamiento –convocarán otra a finales de mes en la Puerta del Sol–, para instar a la administración regional a que agilice los trámites burocráticos que tienen paralizadas a varias cooperativas de esta zona.
En la actual coyuntura económica, es común que aquellos que decidieron adquirir una vivienda, ya sea habitual o como segunda residencia, a través de la pertenencia como socio a una cooperativa, prefieran abandonar la misma. Una vez iniciada la crisis muchos de los socios de esta cooperativa se dieron de baja. Actualmente cuenta con 550 activos y 700 de baja, lo que provoca un problema de liquidez ya que aquellos que invirtieron su dinero (entre 24.000 y 36.000 euros) no han podido recuperarlo. 
Y es que por ley, la cooperativa está obligada a devolver el dinero, a los socios que se den de baja voluntaria, a los tres años. Lo normal, es que las bajas se solventen con altas, pero según explica el gestor de la cooperativa, Pedro Margenat, la situación económica “ha propiciado más bajas que altas” y por eso la devolución de las cantidades se demora en el tiempo.
 Fuente: EL ICEBERG DE MADRID (337) 01/06/2010

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